La situación de los niños, niñas y adolescentes -ex SENAME- que son derivados desde los tribunales a atención por parte de las Corporaciones de Asistencia Judicial (CAJ) es complejísima. Y cada día lo será más.
Por ello, adherimos activamente a los reclamos de nuestros compañeros -funcionarias y funcionarios de los programas “Mi Abogado” (PMA) y “La Niñez y Adolescencia se Defienden” (NAD), inicialmente de Antofagasta- frente a una sobrecarga de trabajo que crece día a día y que no permite realizar una atención como se merece esa población de alta fragilidad.
Como AFUNPRO, desde siempre hemos planteado esta situación, incluso desde antes de que se operativizara el traslado de representación jurídica desde el ex SENAME a las CAJ, lo que quedó consignado en el portal de periodismo de investigación CIPER Chile, con el que gestionamos una entrevista (realizada en diciembre de 2021) y donde advertimos lo que sucedería con las oleadas de causas que llegarían a la responsabilidad de funcionarias y funcionarios que, ya antes de ello, se encontraban sobrecargados de tareas.
A lo anterior se suman problemas que también hemos venido denunciando desde hace bastante tiempo: falta de personal (cargos no provistos) para atender a los NNA e inexperiencia, mala conectividad (banda ancha) en los centros de trabajo, ausencia de lineamientos de gestión, clima laboral deteriorado por situaciones de acoso laboral y daño en la salud del personal.
Y así como anticipamos lo que iba a suceder con los traspasos de NNA del ex SENAME, también avizoramos que la situación que hoy atraviesan nuestras compañeras y compañeros de PMA y NAD, más temprano que tarde se extenderá a otros centros y consultorios de las CAJ, de manera que adherimos -todas nuestras Directivas, de todas las regiones- con todo a lo que determinen quienes actualmente se encuentran afectados por la presente crisis, nos declaramos en alerta y volvemos a exigir a las autoridades del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (MINJU) a ponerse en acción ante un colapso que ya no da para más.
¡Basta!
Hasta que la dignidad sea costumbre.
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